En la vida, somos llamados a reflejar la gracia de Dios en nuestras relaciones. En Colosenses 3:13, se enfatiza la importancia del perdón, un regalo que el Señor nos da en abundancia. Así como recibimos ese perdón incondicional, tenemos el desafío de extenderlo a los demás. Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. (Colosenses 3:13) Al soportarnos unos a otros, abrimos espacio para que florezca la compasión. En tiempos de conflicto, la paciencia se convierte en nuestra armadura y el amor en nuestro escudo. El perdón, entonces, se revela como el elixir que cura las heridas del corazón y de la mente. Cada vez que perdonamos, mostramos que la gracia de Dios está presente en nuestras vidas. No se trata solo de dejar ir el dolor, sino también de mostrar el amor que va más allá de nuestros errores. Así como Dios nos mira con misericordia, nosotros debemos mirar a nuestros hermanos con ojos de perdón. Porque si pe
EL MENSAJE DE SEGUNDA DE CORINTIOS Al leer la segunda epístola de Pablo a la iglesia de Corinto nos damos cuenta de que es la más personal y emocional de sus epístolas. En ella se trasluce el sentimiento de las glorias de la gracia de Dios. El haber podido visitar Corinto en mi último viaje fue una conmovedora experiencia para mi. Queda muy poco en pie de la ciudad original porque fue destruida por los romanos poco después de que Pablo la visitase y ha estado en ruinas desde entonces, pero quedan aún algunas columnas del templo, así como el mercado y otros lugares públicos de la ciudad, que se pueden discernir claramente y la calzada que existe actualmente de la sala del tribunal del procónsul romano está bien conservada. No me resultó difícil imaginarme al apóstol Pablo descendiendo de Atenas a la ciudad que en aquel entonces era un centro de placer, una gran ciudad comercial y además una ciudad de gran belleza en la que había muchos, muchos templos. Tenía fama de ser el centro de la